sábado, 8 de enero de 2011

La niña y el Sol...






Le sale la infancia

por las manos,

por las muñecas,
por la flexura de los codos.
Mirada encerrada en el cuerpo
ceguera emplumada
de pájaro delgado,
como viento que acaba.
Es poeta,
y finge ojos por centenas,
peces impecablemente húmedos
que le ensayan los sueños.
Eternidad es agua.
Papel que nunca le dieron.

                                                                          

1 comentario:

  1. Uhh, locooo soberbio Blog!!!
    Muy buenos el texto y la imagen, Maurucho!
    Nos vemos por la tarde,
    Besooo

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