lunes, 28 de febrero de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
Cara de Piedra...
- Un sauce de cristal, un chopo de agua,
- un alto surtidor que el viento arquea,
- un árbol bien plantado mas danzante,
- un caminar de río que se curva,
- avanza, retrocede, da un rodeo
- y llega siempre:
- un caminar tranquilo
- de estrella o primavera sin premura,
- agua que con los párpados cerrados
- mana toda la noche profecías,
- unánime presencia en oleaje,
- ola tras ola hasta cubrirlo todo,
- verde soberanía sin ocaso
- como el deslumbramiento de las alas
-
cuando se abren en mitad del cielo,
-
- un caminar entre las espesuras
- de los días futuros y el aciago
- fulgor de la desdicha como un ave
- petrificando el bosque con su canto
- y las felicidades inminentes
- entre las ramas que se desvanecen,
- horas de luz que pican ya los pájaros,
- presagios que se escapan de la mano,
-
- una presencia como un canto súbito,
- como el viento cantando en el incendio,
- una mirada que sostiene en vilo
- al mundo con sus mares y sus montes,
- cuerpo de luz filtrado por un ágata,
- piernas de luz, vientre de luz, bahías,
- roca solar, cuerpo color de nube,
- color de día rápido que salta,
- la hora centellea y tiene cuerpo,
- el mundo ya es visible por tu cuerpo,
- es transparente por tu transparencia,
- voy entre galerías de sonidos,
- fluyo entre las presencias resonantes,
- voy por las transparencias como un ciego,
- un reflejo me borra, nazco en otro,
- oh bosque de pilares encantados,
- bajo los arcos de la luz penetro
- los corredores de un otoño diáfano,
-
- voy por tu cuerpo como por el mundo,
- tu vientre es una plaza soleada,
- tus pechos dos iglesias donde oficia
- la sangre sus misterios paralelos,
- mis miradas te cubren como yedra,
- eres una ciudad que el mar asedia,
- una muralla que la luz divide
- en dos mitades de color durazno,
- un paraje de sal, rocas y pájaros
- bajo la ley del mediodía absorto,
- vestida del color de mis deseos
- como mi pensamiento vas desnuda,
- voy por tus ojos como por el agua,
- los tigres beben sueño de esos ojos,
- el colibrí se quema en esas llamas,
- voy por tu frente como por la luna,
- como la nube por tu pensamiento,
- voy por tu vientre como por tus sueños,
- tu falda de maíz ondula y canta,
- tu falda de cristal, tu falda de agua,
- tus labios, tus cabellos, tus miradas,
- toda la noche llueves, todo el día
- abres mi pecho con tus dedos de agua,
- cierras mis ojos con tu boca de agua,
- sobre mis huesos llueves, en mi pecho
- hunde raíces de agua un árbol líquido,
- voy por tu talle como por un río,
- voy por tu cuerpo como por un bosque,
- como por un sendero en la montaña
- que en un abismo brusco se termina
- voy por tus pensamientos afilados
- y a la salida de tu blanca frente
- mi sombra despeñada se destroza,
- recojo mis fragmentos uno a uno
- y prosigo sin cuerpo, busco a tientas,
- corredores sin fin de la memoria,
- puertas abiertas a un salón vacío
- donde se pudren todos lo veranos,
- las joyas de la sed arden al fondo,
- rostro desvanecido al recordarlo,
- mano que se deshace si la toco,
- cabelleras de arañas en tumulto
- sobre sonrisas de hace muchos años,
- a la salida de mi frente busco,
- busco sin encontrar, busco un instante,
- un rostro de relámpago y tormenta
- corriendo entre los árboles nocturnos,
- rostro de lluvia en un jardín a obscuras,
- agua tenaz que fluye a mi costado,
- busco sin encontrar, escribo a solas,
- no hay nadie, cae el día, cae el año,
- caigo en el instante, caigo al fondo,
- invisible camino sobre espejos
- que repiten mi imagen destrozada,
- piso días, instantes caminados,
- piso los pensamientos de mi sombra,
- piso mi sombra en busca de un instante,
- busco una fecha viva como un pájaro,
- busco el sol de las cinco de la tarde
- templado por los muros de tezontle:
- la hora maduraba sus racimos
- y al abrirse salían las muchachas
- de su entraña rosada y se esparcían
- por los patios de piedra del colegio,
- alta como el otoño caminaba
- envuelta por la luz bajo la arcada
- y el espacio al ceñirla la vestía
- de un piel más dorada y transparente,
- tigre color de luz, pardo venado
- por los alrededores de la noche,
- entrevista muchacha reclinada
- en los balcones verdes de la lluvia,
- adolescente rostro innumerable,
- he olvidado tu nombre, Melusina,
- Laura, Isabel, Perséfona, María,
- tienes todos los rostros y ninguno,
- eres todas las horas y ninguna,
- te pareces al árbol y a la nube,
- eres todos los pájaros y un astro,
- te pareces al filo de la espada
- y a la copa de sangre del verdugo,
- yedra que avanza, envuelve y desarraiga
- al alma y la divide de sí misma....
- Octavio Paz. Piedra de Sol.
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